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LA CEGUERA

Almudena Martínez Soler

El tema de la ceguera  es muy importante y relevante en la obra.

La ceguera se manifiesta en dos tipos: La física y la simbólica. Un ejemplo de ceguera física es la de Tiresias, cuya vista se guía por sus sentidos. Un ejemplo de ceguera simbólica es nuestro protagonista, Edipo, que navega entre el mar de interrogantes e ignorancia, el cual lucha por descubrir la verdad.

Edipo puede observar cada rama, cada planta y el color de la vida. Sin embargo es ciego su corazón y dichoso su pasado, lleno de dudas. Tiresias, en cambio, carece de ojos para poder mirar el barullo de las gentes. Aun así, él resuelve desde el principio el enigma que Edipo busca con tanta ansia.

Edipo es ciego de corazón. Al final de la obra él se arranca los ojos, queriendo desprenderse de su propia verdad, castigado y esclavizado por el poder del saber. Realmente no quiso ver la verdad en todas sus manifestaciones. Se exilió y la culpa reinaba sobre él, arañándole cada necesidad, queriendo vivir en la ignorancia plena y, de alguna forma, huir de su delito y de esa sangre manchada de enigmas asesinos.

Al hallar su verdad, todo el sudor enclaustrado en esos interrogantes sale de su alma ignorante y carcome cada parte de él.

También podemos hallar en la actualidad este significado. “La ceguera de la humanidad”, podríamos decir. Tantos silencios que albergan sabiduría; tantas voces que albergan vacíos. A veces queremos ver lo que nunca sucedió. Otras, simplemente creemos ver la verdad pese a la mentira. El mundo está lleno de Edipos y de Tiresias. Algunos se arrancan los ojos de la verdad, otros prefieren ser valientes y coger la mano de la realidad. Los restantes viven en plena ignorancia, ya sea por decisión propia o ajena.

El mundo almacena tanta ignorancia y sabiduría; mezclada, acallada, silenciada o incluso gritando a viva voz.

 

¿Qué sabré yo, en realidad?

Añado que, no por ser adulto eres más valiente para abrir los ojos. Muchos adultos se niegan a ver la verdad. Hay muchos niños cuya curiosidad es realmente sublime y mágica. Muchos lo subestiman. La madurez es un concepto tan extenso. Y la gente lo tiene tan equivocado…

El mundo está lleno de variedades.

Está en nuestra osadía querer afrontar la realidad que nos rodea con sus bazos.

En cada ser, en cada corazón. ¿Edipo, Tiresias o simplemente tú?

Eres quien eliges ser.

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